La epilepsia es un trastorno común del sistema nervioso que provoca que un niño tenga convulsiones. El ataque se produce cuando hay señales eléctricas anormales que afectan a una o más partes del cerebro, y que por tanto pueden interrumpir la actividad cerebral normal. Todo puede llevar a la situación mencionada, incluyendo fiebre elevada, niveles bajos o elevados de azúcar, y otros. Paralelamente, cuando un niño tiene 2 o más ataques con causa no desconocida, también se diagnostica como epilepsia.
La epilepsia afecta a los niños de diversas formas, en algunos de ellos la epilepsia no afectará a su capacidad de aprender o a sus calificaciones escolares, pero en otros es posible que puedan necesitar apoyo adicional, por ejemplo debido al tiempo necesario para recuperarse de un ataque o debido a la ausencia en algunas convulsiones que presentan este perfil o incluso la frecuente fatiga en niños con epilepsia mal controlada.
Las dificultades de atención también pueden estar presentes y constituir un obstáculo para el proceso de aprendizaje. Un estudio reciente sobre el comportamiento en niños en los 6 meses anteriores a un primer ataque confirmado reveló que el 24,6% de los niños tenían tasas superiores a lo esperado de problemas de comportamiento, especialmente dificultades de atención.
Los profesores también son fundamentales. La concienciación de los profesores les ayuda a comprender cómo actuar, e informar de si perciben que existen áreas en las que el niño puede beneficiarse de un apoyo adicional.
Otro posible grupo de apoyo relevante son los estudiantes. Todas las personas pueden actuar de un mejor modo cuando se les informa correctamente y comprende la situación, por lo que conocer la epilepsia en la clase puede ser una buena manera de lograr esta concienciación.
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