Una dieta equilibrada puede también ser fundamental para mantener unos ciclos de sueño correctos y las actividades rutinarias, que pueden contribuir al estado de salud general. Lograr un tiempo de sueño suficiente puede ayudar a reducir el riesgo de ataques en algunas personas.
El tratamiento dietético es un enfoque que puede ayudar a algunas personas a controlar los ataques, normalmente junto con medicación anticonvulsiva, y el apoyo del equipo de asistencia sanitaria y, en particular, del especialista en epilepsia es esencial para la definición de los tratamientos dietéticos. Estos últimos pueden prepararse para ayudar a personas con ataques mal controlados mediante la determinación de niveles específicos de grasas, carbohidratos y proteínas.